Probablemente hayas escuchado hablar del afamado gasto hormiga.
Así como existe el gasto hormiga, se me ocurrió el ahorro hormiga. La estrategia no es para nada nueva, y mucho menos quiero colgarme la medallita por inventarla, simplemente se me ocurrió bautizarla con ese nombre.
En lo personal, he implementado esta estrategia y ha resultado una maravilla. Esencialmente, la idea es echar a un botecito o alcancía el cambio «sobrante» del día. Lo importante del asunto no es en realidad juntar mucho dinero (al menos en mi caso), sino generar un hábito. En poco tiempo te darás cuenta que el botecito comienza a llenarse, pero sobre todo, que el hábito se ha instalado. No importa si le echas moneditas de 10 centavos (sí, aún existen) o de 10 pesos, lo importante es que lo hagas.